Te traemos cuatro variaciones de cabellos cortos que están conquistando los salones de todo el mundo: cuatro formas distintas de despedirse del cabello largo para realzar una feminidad audaz y moderna.
Pixie, mullet, soft crop o boyish cut, cada una de estas versiones aporta un toque único y sofisticado a los cabellos cortos. No es casualidad que celebridades como Emma Stone hayan apostado recientemente por un pixie vibrante, destacando aún más su mirada cautivadora.
Pixie: el corte corto por excelencia
El pixie cut es un clásico atemporal. Se distingue por su degradado y su forma redondeada, que le confieren un aire retro y travieso. Sublimado por Vidal Sassoon, este look se inspira en cortes masculinos y se popularizó en los años 60 gracias a iconos de la moda como Audrey Hepburn y Mia Farrow. Su mayor ventaja: favorece a todo tipo de rostros y se adapta a diferentes estilos, desde los más elegantes hasta los más vanguardistas.
Mullet: los cabellos cortos más rebeldes
Durante años fue considerado un estilo pasado de moda e incluso objeto de burlas, pero el mullet ha regresado con fuerza, consolidándose como un corte de referencia en la escena actual. Con una estética street style y transgresora, ha conquistado a una nueva generación amante de lo excéntrico, aunque también puede adaptarse a versiones más suaves y sofisticadas.
Su estructura se basa en un corte corto en la parte superior y los laterales, mientras que la zona posterior se deja más larga, creando un contraste audaz y distintivo. Una de sus grandes ventajas es su versatilidad: se adapta a todas las texturas de cabello y a la mayoría de formas de rostro. Sin embargo, en caras redondas, puede acentuar aún más la curvatura facial, por lo que es clave trabajar bien la estructura, optando por laterales ligeramente más largos para equilibrar el conjunto.
Soft Crop: el equilibrio perfecto entre elegancia y frescura
Este corte corto ha captado todas las miradas gracias a su presencia en Miss Francia 2024, Ève Gilles, y nos recuerda al icónico look de Linda Evangelista en los años 90, cuando lucía un rubio ultra corto con mechones sutiles en la frente y maxilares.
El soft crop es, en esencia, una versión más relajada del pixie, como si este hubiera crecido ligeramente. Su degradado es menos marcado y deja un poco más de longitud, permitiendo que los mechones frontales se puedan incluso deslizar detrás de la oreja.
Su mayor ventaja: es fácil de peinar. Con unas pulverizaciones de spray texturizante, se consigue un efecto natural y con movimiento. Se puede llevar pulido y estructurado o con un toque despeinado y casual, adaptándose a diferentes estilos y personalidades.
Boyish Cut: el corte corto con un toque andrógino y sofisticado
El boyish cut se posiciona como el último escalón antes de llegar al carré corto. Se caracteriza por un nuca despejada, pero con puntas más largas y un degradado en la zona del flequillo, lo que permite jugar con diferentes estilos y acabados según la personalidad de quien lo lleve.
Una de sus grandes ventajas es su versatilidad. A través de técnicas de texturización, se pueden crear efectos distintos: desde un look más estructurado hasta uno más suave y fluido, con un degradado más sutil para quienes buscan un acabado delicado y elegante.
Este corte es ideal para quienes desean un estilo de cabellos cortos pero con movimiento, aportando un aire moderno y sofisticado sin renunciar a la femineidad. ¿Será una de las tendencias clave en los salones esta temporada?
Créditos imagen portada: Instagram @frankie_inv