Centro Beta celebra su 30 aniversario convertido en todo un referente en la formación profesional de Peluquería, Estética, Maquillaje y Asesoría de Imagen, no solo en San Sebastián, donde se encuentran las instalaciones, sino también en España y Europa.
Por ello hemos querido entrevistar a Gonzalo Zarauza, director y cofundador de Centro Beta, además de Embajador de Peluquería de Montibello, para hablar sobre la evolución y momentos clave del centro en este tiempo, así como de la situación actual del sector en todo lo relativo a la formación. ¡Interesantísimo todo lo que nos cuenta Gonzalo!
Centro Beta cumple 30 años. ¿Cómo ha sido la trayectoria de la academia durante estas tres décadas?
Creo que, como la mayoría de los proyectos, surgió de una idea y después adquirió vida propia. Empezamos de forma modesta siendo una “academia” y, poco a poco, el término se fue quedando pequeño; desde hace tiempo nos definimos como un centro de enseñanza.
¿Cuáles han sido los momentos más destacados para ti, al frente de Centro Beta?
¡Imagínate! 30 años dan para mucho. Tengo recuerdos imborrables y no todos están relacionados con los hitos alcanzados. Algunos simplemente se han grabado a fuego en mi memoria por el hecho de haber compartido esos momentos con personas a las que quiero enormemente. La ampliación y el cambio de local (¡pasamos de 120 metros cuadrados a más de 600!) fue un momento clave. También recuerdo con mucha emoción cuando obtuvimos el reconocimiento del Gobierno para impartir formación oficial reglada, y luego cuando nos convertimos en centro concertado para los ciclos de GM de Peluquería y de Estética. Otro momentazo que recuerdo especialmente es nuestra proclamación como mejor escuela europea por parte de Intercoiffure Montial. Las nominaciones y los premios Fígaro, así como tantos otros reconocimientos, de verdad y de corazón te digo, han superado todas mis expectativas.
¿Cómo y por qué nace Centro Beta?
Desde 1985 trabajé como asesor técnico para una reconocidísima multinacional de productos de peluquería. Parte de mi trabajo era visitar academias, dar formación al profesorado y realizar algunas actividades con el alumnado. Mi sorpresa fue descubrir que la mayoría de estas academias funcionaba, incluso, sin metodología y con otras deficiencias que, a mi modo de ver, son inaceptables a la hora de formar nuevos profesionales. Lo cierto es que, en aquel momento, las “academias” no gozaban de mucho prestigio, siempre con excepciones, por supuesto.
¿Qué distingue a Centro Beta de otras academias?
Así como en la anterior respuesta te comentaba que las academias tenían cierto desprestigio, en la actualidad ha habido una evolución notable y ahora mismo las excepciones son la minoría. Alex y yo quisimos dar la máxima importancia a la metodología y, para ello, tuvimos la gran suerte de contar con el apoyo de Luis Romero, quien nos hizo partícipes de la llegada de Pivot Point a España. En este sistema encontramos todo lo que veníamos buscando en ese sentido y es uno de nuestros pilares. El trato al cliente, la atención al público, las ventas, la asesoría de imagen, etc. también se convirtieron en algunas de nuestras señas de identidad.
¿Cómo han afectado las restricciones por Covid al Centro y a la forma de impartir las formaciones?
La pandemia nos ha descolocado a todos, pero es increíble ver la capacidad que hemos demostrado como colectivo para adaptarnos con éxito a esta nueva situación. Diseñamos junto con las mutuas y otros expertos un plan de contingencia, el cual nos ha ayudado mucho a mantener el centro como un espacio seguro. La incidencia sobre nuestro alumnado ha sido mínima, y después de todos estos meses puedo afirmar que ha sido un trabajo en equipo en el que la dirección, el profesorado, el alumnado y sus familias han tenido una actuación de 10.
¿De qué forma ha influido tu faceta como formador en tu carrera como peluquero?
A mi entender, no son dos facetas separadas; soy formador-peluquero y he desarrollado mi carrera como un todo indivisible. Después de varios años trabajando como peluquero, di el salto a la formación, en la que llevo ya 30 años, y descubrí que había mucho por hacer. Lleno de proyectos e ilusiones comencé esta andadura y, ahora, cuando miro hacia atrás, veo los logros alcanzados y, para qué negarlo, se esboza una sonrisa en mi rostro. Hoy en día que nuestro sector está mucho más profesionalizado se presentan nuevos retos, nuevos proyectos que, sin duda, me ocuparán en el futuro.
¿Cuáles son los planes para Centro Beta? ¿Seguirás al frente?
Estamos pensando en la transición de este proyecto y, sobre todo, en su futuro no solo como negocio, sino también como impulsor de la profesión en nuestra área de alcance. No voy a seguir indefinidamente, claro está. Lo único que puedo adelantarte es que en este 2021 vamos a reorganizar nuestra estructura con la vista puesta en el futuro; seguro encontraremos quien tome el timón con fuerzas nuevas y le dé un gran impulso.
¿Vais a celebrar estos 30 años de alguna forma especial?
Hace cinco años hicimos una gran fiesta para celebrar las bodas de plata del Centro Beta y reunimos a muchísimos peluqueros en lo que fue un día inolvidable. Ahora, tristemente, no podemos hacer nada parecido; las restricciones de agrupamiento nos lo impiden. Como alternativa, se nos ha ocurrido una idea muy bonita: nombrar madrinas y padrinos del aniversario nº 30. Profesionales que representan a todas las personas que nos hemos encontrado en el camino y que, de una forma u otra, han contribuido a que seamos lo que somos. Hubiéramos querido designar a decenas de ellos, pero al final hemos escogido a cinco: Susana Serrat, directora de Formación en Montibello; Iñaki Sagarzazu, un referente cercano al que he admirado desde mis inicios; Manuel Mon, sin comentarios sobre lo que representa para nosotros; Luis Romero, una mano tendida al que le debemos muchas oportunidades, y De María, porque su magia con el make-up ha hecho brillar nuestro trabajo. Todos ellos representan a quienes son satélites de un gran equipo.
¿Qué mensaje le mandarías a los alumnos y formadores que han estado contigo durante estos 30 años?
A todos los trabajadores y alumnos que han pasado en estos 30 años por nuestra casa, les daría un abrazo enorme como muestra de agradecimiento por la huella indeleble que han dejado en el centro y en nuestros corazones.
¿Cuál es la importancia de la formación, a nivel individual en cada peluquero, y de forma global para el sector de la peluquería?
La peluquería ha dado un paso de gigante. Ese paso se ha conseguido gracias a la formación. Atrás quedó el ensayo-error, la improvisación en los servicios y el desconocimiento de la influencia de la física, la química, la geometría, la fisiología, etc. sobre el cabello y, por extensión, sobre toda nuestra actividad diaria. Superada esa primera fase de conocimiento, ahora se nos presentan otros retos, nuevas necesidades que cubrir: técnicas de ventas, promoción y márquetin, asesoría de imagen, etc.
¿Cómo dirías que ha evolucionado la formación en el sector de la peluquería en estos 30 años?
Ha evolucionado muchísimo y, además, los profesionales tienen claro el valor de la formación continua y la repercusión que esta tiene sobre el éxito de su desarrollo personal y laboral.
¿Es importante especializarse?
Especializarse o no depende del tipo de negocio. Es decir, si se trata de un profesional autónomo, que desarrolla su actividad en un salón de forma individual o con uno o dos empleados, creo que su capacitación debe ser más general. Por el contrario, en los salones grandes, franquicias o cadenas, puede existir personal especializado, haciendo así más rentable el propio negocio.
¿Cada cuánto hay que formarse para actualizar conocimientos?
Esta es una pregunta genial, pero no tiene una respuesta contundente, ya que son muchas las variables que se deben tener en cuenta. Lo que sí tengo claro es que la mayoría hace las formaciones por impulso y las selecciona por ofertas o propuestas que van llegando durante el año. Esto, a mi entender, es un error. Lo que yo aconsejo siempre es que cada profesional realice a final de año un análisis DAFO tanto de él como de su puesto de trabajo o empresa. De este análisis debería surgir claramente un listado de sus propias necesidades formativas. A partir de ahí, solo restaría seleccionar cuándo, dónde y con quién las va a satisfacer.
En la actualidad, ¿qué formaciones crees que son las más rentables para aplicar en los salones de peluquería?
Como te digo, lo importante es tener en cuenta las necesidades individuales. Pero, en general, las áreas que peor se han enseñado tradicionalmente son las que tienen que ver con la peluquería artística: recogidos, trenzados, peinados para fiesta y ceremonia, etc. Otra área que, como sabéis, para mí es indispensable es la asesoría de imagen, ya que es la mejor herramienta para hacer que nuestros clientes se sientan únicos y nos valoren más allá de la propia práctica profesional. No hay que olvidarse de que los salones son negocios y, por lo tanto, las técnicas de promoción y ventas de productos y servicios, así como la atención personalizada a los clientes también son áreas imprescindibles. El uso de redes sociales y la comunicación online son imprescindibles y por lo tanto se deben conocer a fondo para sacarles el máximo provecho.
¿Cuál sería tu consejo para los jóvenes que se quieren iniciar en el mundo de la peluquería?
La peluquería nunca ha de ser una alternativa al fracaso en los estudios. Cuando algunos padres vienen a mi centro y me dicen que su hijo o hija va mal en el colegio y que por eso han pensado en la peluquería, me cambia el semblante. Entonces los miro a los ojos y les digo: si no le gusta estudiar, que haga otra cosa, que elija otra profesión, porque los peluqueros estamos toda la vida estudiando. Mi consejo a aquellos jóvenes interesados en la peluquería es que, si esta solo va a ser su profesión, puede que les vaya bien, pero si, además, va a ser su pasión, entonces seguro será un éxito y la mejor elección que hayan hecho en toda su vida.