Marta Cid y Amparo Carratalá nos explican cómo funciona el coworking en la peluquería, un sistema de trabajo que beneficia al propietario del salón y al profesional que alquila un espacio.
¿Qué sabes del coworking? Las fórmulas laborales en el salón van cambiando para adaptarse a los tiempos. El sistema de compartir espacios de trabajo, tan habitual en otros ámbitos, como el diseño, la publicidad, la arquitectura, etc., ha llegado al salón de peluquería. Hemos hablado de ello con Marta Cid y Amparo Carratalá. La primera dispone de un salón que comparte con diversos profesionales. La segunda es una profesional de la peluquería que desarrolla su quehacer en diversos salones. Te exponemos sus experiencias para que saques tus propias conclusiones. ¡Igual te animas!


Un espacio de coworking
Wapa’m Cosalon, es el proyecto de coworking que puso en marcha la peluquera Marta Cid hace más de un año y medio. Su objetivo era trasladar al sector de la peluquería el modelo de negocio de coworking que tan bien está funcionando en otras industrias. El funcionamiento es sencillo: “Cada cosaloner tiene un espacio propio para atender a sus clientes, sin tener que preocuparse por los gastos de gestión y administración del local. Excelencia, respeto por el medioambiente, proyección personal dentro de la comunidad y creación de experiencias sensoriales son los pilares sobre los que se asienta el proyecto –afirma Cid–. La peluquería requiere de nuevas fórmulas para seguir avanzando y no quedar obsoleta. El coworking es, sin duda, una de las vías para lograrlo”. Como señala Marta Cid, “este modelo es una vía de apoyo para la profesionalización del sector y puede ayudar a solucionar uno de los grandes problemas que arrastra la peluquería actual: la escasez de personal cualificado y motivado”.
La creadora de Wapa’m Cosalón lo tiene claro: “Integrar la peluquería en espacios coworking es una idea que se entiende y que va calando poco a poco, pero es un trabajo de todos. Si un peluquero tiene más tiempo libre, más dinero o más calidad de vida, los otros se van a fijar y van a querer lo mismo. Es el momento de cooperar, colaborar, coexistir y compartir.”





En el caso de Marta Cid, uno de los motivos que le llevaron a poner en marcha este proyecto fue “conseguir liberarme un poco del estrés. Ahora me siento menos agobiada en general. Estoy más conectada conmigo misma y soy más feliz y creativa. Estoy disfrutando de mi trabajo, del espacio y de los compañeros, como hacía tiempo que no ocurría”. Respecto a Wapa’m Cosalon, asegura que “se ha convertido en un espacio profesional, donde los que estamos y trabajamos disfrutamos de lo que hacemos. Es un espacio para la creación de talento y para el desarrollo profesional. Un espacio que genera alegría, felicidad y buen rollo”.
Experiencia de coworking
Conozcamos ahora el coworking en la peluquería desde el otro punto de vista, desde el del profesional que alquila un espacio o sillón. Es el caso de la prestigiosa Amparo Carratalá. Ella nos explica que “he trabajado 11 años para una firma inglesa y allí es muy normal este tipo de colaboraciones entre profesionales y salones de peluquería. Incluso los profesionales alquilan varios lugares en la ciudad o el país, según les convenga. Tras la pandemia, decidí emprender mi marca personal y esta era una buena forma de trabajar para mí sin hacer la inversión que supone tener un salón propio y formar a un equipo con tus valores, tu forma de trabajar, etc.“
Aunque la mecánica puede ser diferente, Carratalá nos explica que “tenemos un contrato entre las partes en el que consta todo nuestro acuerdo: desde el porcentaje que el salón se lleva hasta los horarios en los que puedo trabajar. También consta el seguro de responsabilidad civil, etc. Yo hago mis pedidos de productos y cobro a mis clientes. A final de mes me expiden una factura por el porcentaje, según mi facturación”. Aunque en un principio Amparo llevaba la agenda, a los pocos meses lo delegó a una asistente virtual, Violeta. Ella está formada para coger citas y saber exactamente qué preguntas hacer, el tiempo del servicio e incluso el precio. La peluquera valenciana se siente feliz con este sistema de trabajo: “Organizo mi agenda según la disponibilidad de mis clientes y también puedo organizar mi tiempo de forma más flexible. Es cierto que requiere de otras responsabilidades, pero para mí son todo ventajas”. A nivel profesional nos explica que con este sistema puede “tener clientes por todo el país, moverme con libertad, profesionalizar la peluquería, dar un servicio muy personalizado… A su vez, todo esto me ayuda a crecer y a dar cada día un mejor servicio”.


Amparo asegura que “se lo recomendaría a todos los profesionales excepto a los que quieren trabajar 40 horas a la semana. Has de tener clientes y la agenda bastante llena para que te salga rentable (yo voy con la agenda a dos meses vista). Para darte a conocer debes estar muy presente en redes sociales y tener don de gentes. Vives para tu trabajo y para eso lo tienes que amar.“
Los clientes toman la palabra
Para el cliente, que su salón de cabecera sea un espacio de coworking supone una oportunidad de disfrutar del trabajo de nuevos profesionales de renombre, que compaginan el día a día en el salón con proyectos fuera de él: artistas creativos, vinculados al mundo de la moda y las tendencias, que luego trasladan al salón toda la inspiración y el expertise acumulado. Este tipo de negocio puede ayudar tanto a los profesionales que dispongan de un salón grande y quieran sacarle todo el rendimiento, como a los que deseen ampliar su clientela más allá de un salón, sin las obligaciones de tener un local.