Una entrevista íntima y muy personal con el malagueño Rafael Bueno, recientemente coronado Peluquero Español del Año en los Premios Fígaro 2021.
La vida de Rafael Bueno es un bienaventurado vaivén de emociones. De todos los colores. Amado y admirado por sus colegas de profesión, este genial peluquero andaluz ha vivido un intenso otoño en que ha celebrado el mayor éxito de su carrera profesional: alzarse con el ansiado título de Peluquero Español del Año en la duodécima edición de los prestigiosos Premios Fígaro. Una culminación a un intensísimo año y medio en que se ha erigido como un formador incansable que ha enamorado a la profesión –primero, y durante la pandemia, en incontables conexiones online, y desde que se pudo, en sus exitosos cursos presenciales–, un tenaz creador de extraordinarias colecciones como ‘The Warrior of Light’ –con la que precisamente conquistó el éxito en los Premios Fígaro 2021–, y un feliz peluquero de salón que no ha dejado de crecer desde su barrio de toda la vida en Málaga –el Puerto de la Torre– donde precisamente acaba de ultimar una nueva remodelación de su peluquería, para orgullo y alegría de su fiel clientela. No obstante y pese a que pueda parecerlo, el de Rafa no ha sido ni mucho menos un camino de rosas. Aunque a él no le guste contarlo, este último año y medio también ha conocido el sufrimiento, tanto el compartido –la pandemia y sus efectos devastadores a todos los niveles–, como el personal, en forma de fastidiosos problemas de salud y, más recientemente, la pérdida de una persona tan importante en su vida como ha sido su madre. Sin embargo, Rafael Bueno ha seguido y seguirá adelante, como lo hizo siempre antes. Gracias a la cultura del esfuerzo, trabajo y humildad que le inculcaron justamente sus padres, y claro, al apoyo y el cariño de todos los que le rodean, empezando por Moysés Utrera, su pareja y mano derecha, su amada familia, sus queridas clientas y una profesión que, este año se ha demostrado, lo adora más que nunca.
Seis prenominaciones consecutivas, tercera final como Peluquero Español del Año… ¿Tú ya preveías que este podía ser tu año?
“No sé, la verdad. Cuando en el backstage terminé de hacer todo el trabajo ya me sentí contento y cuando vi que todo el mundo empezó a acercarse, a hacer fotos… ya ahí me quedé supertranquilo y superfeliz de que a la gente le gustara cómo había quedado mi trabajo y me estuviera felicitando antes de que fuera la gala. Luego yo ya no sabía lo que podía pasar, pero está claro que una de mis esperanzas era de que este año por fin se diera.”
Tu colección ganadora, ‘The Warrior of Light’, es un auténtico alucine.
“(Risas) Mucha gente se cree que eran plumas… pero no, es todo cabello. Esta colección también tiene una historia detrás. Yo me puse enfermo, estuve en el hospital ingresado y una buena amiga, Jessica del Árbol, colega de profesión, vino a verme y me trajo el ‘Manual del Guerrero de la Luz’ de Paulo Coelho. A ella ese libro le había servido mucho en un momento duro de su vida y por eso pensó en regalármelo a mí. Es un libro muy bonito que me ayudó un montón y me inspiró a hacer la colección. Es como la segunda parte de ‘El Resurgir’, que es una colección que hice hace dos años para los Visionary Awards de Londres, en la que trabajé con el mismo estilista.”
¿Qué significa para ti haber ganado este Fígaro tan especial?
“Muchísimo, la verdad. Mira, durante la última gala me preguntaron con qué palabra describiría Fígaro y dije: ‘Compañerismo’. Porque es así. He tenido la suerte de vivirlo desde dentro estos tres últimos años y eso es exactamente lo que se vive: compañerismo en su máxima expresión. Nos ayudamos entre nosotros, nos apoyamos, nos felicitamos, no hay egos, no hay aires de grandeza… eso es lo más bonito para mí de todo lo que he vivido en los Premios Fígaro.”
Desde esa noche hasta hoy, ¿cuál ha sido el momento que más te ha emocionado?
“¡Es que todavía estoy emocionado por todo lo que está pasando! Quizás lo que más me llenó en aquel momento es que mi equipo estuviera allí conmigo. Casi nunca me acompañan a ninguna cosa porque se quedan trabajando en la peluquería, pero en Madrid estuvieron 6 del equipo, más Moy y yo.”
Y ahora que lo mencionas… menudo momentazo te marcaste sacando a Moy contigo a recoger el premio a la pasarela.
“Me lo han dicho varias personas y la verdad es que yo no tenía pensado nada de antemano. Todo lo que hice y todo lo que dije fue lo que me salió de dentro en ese momento. Moy es mi pareja y el 50% de Rafael Bueno Peluqueros, siempre me acompaña a las formaciones, pero prefiere mantenerse un poco detrás, no le gusta estar tanto de cara a la galería. Yo creo que en ese momento él también se merecía estar allí. Y ya cuando anunciaron mi nombre y él me abrazó, yo necesité sacarlo, que la gente reconociera también su trabajo y decirle públicamente delante de todo el mundo lo que le dije…”

Sé que os une una historia de amor muy bonita…
“Es verdad… Nosotros normalmente somos muy discretos, pero es que me salió de dentro celebrar juntos, besarlo… tanto mi familia como la suya se emocionaron mucho. Su hermana y su madre me dijeron luego ‘¡nos hicistes llorar!’ Son 9 años ya que estamos casados. Y estamos siempre juntos, día y noche: nos llevamos muy bien tanto en casa como en el trabajo.”
Ha sido muy emocionante ver desde la distancia cómo tus clientas han sentido que este triunfo tuyo era de ellas también.
“Bueno, es que todavía hoy me están trayendo botellas de champán… cada vez que viene una, llega celebrándolo: vamos, parece que el premio es de ellas y eso es algo que a mí me llena muchísimo. Yo siempre digo lo mismo que dice mi amigo Manuel Mon: crearemos muchas colecciones y haremos muchas cosas, pero tenemos que darle las gracias a nuestra clientela, que es la que realmente día a día nos ayuda, nos enriquece y nos aporta los conocimientos que nosotros necesitamos.”
Y la pregunta que te deben hacer algunas es… pero tú, ¿por qué haces colecciones?
“¡Porque me gusta mucho hacerlas! (Ríe) Es verdad que alguna gente no lo entiende muy bien y a lo mejor me dicen ‘pero eso a quién se lo vas a poner’ (Risas) Y entonces es cuando le explico a la clienta que esto nuestro es como la alta costura. Tú vas a un desfile de alta costura y no toda esa ropa que vemos en el desfile la vemos después en la calle. A mí hacer colecciones me posibilita hacer cosas diferentes a las que hago día a día en mi salón. Tanto yo como Moy, a veces llega un fin de semana y no tenemos nada que hacer, como tenemos el salón cerca de la casa, nos levantamos el domingo, nos vamos a desayunar a algún sitio y luego nos vamos para la pelu. Y nos pasamos todo el domingo allí, solos los dos, a lo mejor al mediodía nos pedimos unas pizzas o lo que sea, y nos ponemos a crear cosas…”
Lo bonito de los Fígaro, es que no solo es la colección, es el reconocimiento de tus colegas de profesión a tu trayectoria. Si miras atrás y ves todo lo que has hecho en los últimos meses, ¿qué te viene a la mente?
“Bueno, tú lo sabes. En el confinamiento intenté hacer cosas para no pensar tanto… y la verdad es que me funcionó bastante bien. A la vez que día sí, día no, me ponía a hacer un directo, la gente se conectaba un montón y llegué a muchísimas personas. Eso me ayudaba a no calentarme tanto la cabeza. Yo me preparaba todas las mañanas: tenía mi salón, mi mesa, mis dos aros de luz, mis maniquís a las que lavaba y secaba el pelo… veía lo que me iba a poner para hacer el directo, lo tenía todo super-ordenado… y cuando llegaba el momento me conectaba mi hora, mi horita y pico. Y después del directo me ponía a contestar todas las preguntas que la gente me hacía. Así que además de ayudar a otra gente enseñándole lo que yo hacía, también me ayudaba a mí mismo, haciendo que se me pasara el día más rápido: me sentía bien al poder compartir y poder ayudar a los demás.”
Terminó el confinamiento, pero no dejaste de seguir formando a cientos de profesionales y has seguido con un ritmo muy alto de actividades.
“Sí, la verdad es que he hecho un montón de cosas, sobre todo con Revlon Professional, marca de la que soy Brand Ambassador. Con ellos hice además la última campaña de Revlonissimo Colorsmetique, de la que estoy muy orgulloso. Por otro lado, también he trabajado con Urbiola Formación, me he dedicado a terminar las colecciones que estaba preparando, y he colaborado con ghd, teniendo la oportunidad de peinar a celebrities como Rocío Osorno, con quien trabajé en un evento espectacular en Milán.”
¿Cómo se te da lo de trabajar con infuencers y celebrities?
“Al principio me daba un poco de miedo, porque cada celebrity es de su padre y de su madre… pero según he ido conociendo a gente, cada vez me ha ido gustando más y me he ido enganchando. He tenido la suerte de trabajar con personas increíbles como Jedet, una de las actrices de la serie ‘Veneno’, que es un encanto de persona y me encanta trabajar con ella. También con Nathy Peluso, que vino para la gala de los Premios Goya, y estuve tres días trabajando con ella en el teatro: una persona superactiva que me ha ayudado un montón, me ha hecho mucha promoción, me ha etiquetado en todas las cosas que subía y he ganado un montón de seguidores gracias a ella.”
¿Qué se aprende al trabajar con personas como Jedet o Nathy Peluso?
“Se aprende sobre todo a tener más paciencia aún de la que ya tenemos, a tratar y a conocer mucha gente nueva…”
…y a dejar el ego en la puerta, supongo.
“Así es. Yo soy una persona que intento no molestar, estoy todo el tiempo callado, no pido fotografías, ni estoy usando el móvil todo el rato… Luego, según con qué tipo de celebrity trabajo, la cosa cambia. Por ejemplo con Jedet tengo ahora más confianza, es una persona que me cuenta muchas cosas y hemos compartido mucho.”
¿Qué sientes cuando tus propios colegas de profesión, incluso los que compiten contigo, te quieran tanto?
“Pues la verdad es que me siento super agradecido. ¿Sabes lo que me llama mucho la atención? Cuando estoy en una formación y a lo mejor veo a la misma persona por tercera vez consecutiva que viene a verme, y resulta que en esa tercera formación voy a realizar lo mismo…”
¿Qué piensas en esos momentos?
“Hombre, imagínate… les pregunto y la gente me dice que repiten porque les encanta. Es verdad que yo siempre soy yo: cuando me presento siempre digo que yo no soy formador, que yo soy peluquero, igual que todos ellos, y que lo único que vengo a mostrar es mi forma de trabajar ese tipo de técnica que voy a hacer. ¿Qué podría hablar de grados, de longitudes…? Pues no. Yo te digo ‘ese mechón lo vamos a echar por debajo, y ese lo vamos a echar por arriba’ y eso a la gente le gusta. Eso es así. Siempre intento interactuar mucho con la gente, intento ser muy cercano… pero eso es porque yo soy así, no es que lo haga porque quiera ser alguien diferente, es que me sale así.”
Si miras atrás, ¿piensas que has llegado dónde querías o no habías imaginado todo esto?
“Hombre, yo siempre he sido una persona que he intentado superarme a mí mismo. Empecé a hacer colecciones hará unos 10 años, y cada vez que he hecho algo nuevo, he intentado ir más allá. Cada vez que veía alguna técnica que me gustaba o probaba, quería llevarla a cabo… pero nunca pensé que iba a llegar a donde estoy hoy. Y sobre todo, nunca pensaba que iba a recibir tantísimo cariño de la gente, que de verdad es lo que más me sorprende. La de mensajes que recibo, la gente que me llama, que me apoya… nunca pensaba que me iba a pasar algo tan bonito.”
Pues lo tienes que saber: uno de los secretos de tu éxito es que la gente te quiere.
“Pues sí. Siempre que estoy haciendo algo intento que la gente se sienta cómoda y eso la gente me lo dice. Tampoco voy a ponerme yo a echarme piropos, pero cuando estoy en una formación y a lo mejor hay algo que alguien no entiende, pues voy y cojo a la persona o me bajo del escenario, o la subo, o digo ‘pues venga, yo voy a hacer uno y ahora vas a hacer tú uno también’. Y esa cercanía la gente lo agradece.”
¿En qué momento de tu vida crees que llegó ‘el click’ que cambió tu carrera como peluquero?
“Yo creo que el salto importante en mi carrera tuvo lugar cuando gané el Premio a la Mejor Ejecución en el Style Masters Show de Revlon Professional en Bruselas en 2017. Fue un salto tanto profesional, como personal, como a nivel de mi salón. Yo cambié totalmente. Tenía un salón de 50 metros y pasé a más de 200, ampliamos equipo… fue un antes y un después en mi trayectoria. Fíjate si me acuerdo que ese video todavía me lo pongo de vez en cuando, vuelvo a escuchar a Miquel Garcia cuando me anuncia como ganador, veo a todos los peluqueros españoles con las banderas… y se me eriza la piel. A raíz de eso, también tuve la oportunidad de ir por primera vez a Latinoamérica: estuve en México, en Ecuador, en Perú… y al año siguiente pude volver a ir. Fue algo maravilloso.”

¿Qué necesitan saber los jóvenes o los que quieran seguir tus pasos para convencerse de que también pueden estar donde estás tú?
“Lo más importante, creo yo, es ser compañero. Relacionarte con los otros peluqueros como uno más, no ir con los egos subidos, no creerte más que nadie… y como dije en los Fígaro: aunque estés tocando el cielo, ten siempre los pies en el suelo.”
Eso te lo dijeron tus padres.
“Sí, es algo que me han dicho siempre y me lo he guardado, así que me gustó mucho poder compartirlo en los Fígaro. Mis padres siempre me lo han repetido: ‘Aunque tú ahora mismo estés aquí, dentro de unos años no sabes dónde puedes estar’. Me lo han dicho veces que por alguna razón he faltado al salón, porque me iba de viaje aquí y allá… y ellos en verdad llevan razón: no hay que descuidar nunca a tus clientas. Y eso es algo que mis padres siempre me han enseñado. Yo hoy puedo ganar concursos y hacer mis formaciones… pero quien realmente me da de comer cada día son mis clientas.”
¿Cuán presente siguen tus padres en tu día a día?
“Ellos siempre han estado conmigo. Además, los dos salones que he tenido han estado muy cerca de su casa y mis padres eran de venir a verme a diario. Estaban los dos jubilados, mi padre a lo mejor sale a pasear, pasa y saluda a las niñas, se interesa por cómo va todo… así sigue y siempre está ahí. Y mi madre era igual. Antes, eran muchos mediodías que venía y nos traía comida para todo el equipo, tortilla de patatas, lo que fuera… la querían todos muchísimo.”
Tu vida, tanto profesional como personal, ¿siempre la has pasado en el mismo sitio?
“Sí, menos cuando terminé la academia, que estuve ocho años trabajando en Ciudad Jardín, en la peluquería de mi tía, que ahí fue donde yo empecé. Pero mi salón lo tengo en mi barrio de toda la vida, el Puerto de la Torre. Cuando pasó lo de Style Masters estuve a punto de irme al centro de Málaga, tenía un local visto y hasta di la paga y señal. Pero una noche hablando con Moy, le dije ‘para qué nos vamos a ir del Puerto, donde llevamos toda la vida y nos va bien…’ Así que no nos fuimos. Buscamos un local en la avenida principal del barrio y aquí nos hemos quedado.”

Al final has demostrado que no importa de dónde vengas o dónde tengas el salón… hoy en día se puede triunfar igual.
“Claro que sí, yo se lo digo mucho a la gente. Si yo que soy de un barrio humilde, de gente trabajadora, puedo hacer cosas fuera y puedo llegar donde estoy llegando… es la demostración que para triunfar no hace falta tener un gran salón en Madrid o Barcelona, o tener un padrino detrás que te lleve al éxito. Yo estoy bien donde estoy y como estoy. A veces nos hemos planteado abrir una segunda peluquería… pero, ¿para qué queremos más?”
Dices que empezaste en el mundo de la peluquería de la mano de tu tía.
“Sí. Ella es además mi madrina y a mí de pequeño me gustaba mucho irme con ella a su pelu. Ya de niño siempre supe que quería ser peluquero. Me encantaba ver cómo la gente entraba de una forma y salía de otra, transformadas, felices… Yo no me acuerdo bien porque era muy pequeño, pero mi tía me recuerda que yo le decía: ‘Eso lo voy a hacer yo cuando sea mayor’. Mi madre dijo una vez en una entrevista que sabía que iba a ser peluquero porque me encantaba peinar a las muñecas… ¡pero qué muñecas iba a tener yo en casa si soy el más chico de seis hermanos varones! (Risas)”
¿Alguno de tus hermanos está relacionado con nuestro mundo?
“¡Ninguno! (Risas) Mis padres han tenido toda la vida una empresa de construcción, así que mis hermanos se dedican a eso, otro hermano es arquitecto… No, no tienen nada que ver con nuestro sector, pero me encanta que cada vez que hago algo lo están compartiendo en Facebook, me apoyan muchísimo y siempre han estado para todo.”
A las que debes de tener locas es a las cuñadas.
“Sí, sí… y a mis sobrinas, que están conmigo que no veas. (Risas) Gracias a Dios he tenido mucha ayuda y mucho apoyo de la familia siempre, la verdad.”

Oye Rafa, ¿tú piensas que este momento también va a cambiar tu vida?
“Pues no lo sé, pero la verdad es que estoy muy sorprendido por todas las cosas que me están pasando, de los medios de comunicación que me llaman…”
Pues no te sorprendas… a lo mejor es que te lo mereces. ¿Tú crees que te cuesta valorarte a ti mismo?
“Puede ser… (Risas) Quizás debería valorarme un poquito más. No es que me dé reparo, pero a lo mejor yo mismo no me sé valorar y pienso que la gente va a decir ‘pero bueno, ¿éste que se cree?’… ¿Sabes lo que te digo? Que venga una clienta de toda la vida y diga ‘mira éste, porque ha ganado un premio me va a cobrar 10 euros más por el tinte’ (Risas) Nosotros no hemos hecho nada de eso, hemos continuado igual y así lo vamos a seguir haciendo.”
Rafael Bueno… ¿cómo te gustaría verte en el futuro?
“Me gustaría seguir compartiendo, seguir trabajando con mis clientas… estando como estoy ahora mismo me conformo. No tengo ningún ansia por irme de Málaga o por hacer algo diferente. Soy feliz como soy.”
Si Cuando Digo Que tengo a los mejores Peluqueros, no lo digo por sus premios, lo digo por que con estas palabras a dejado más que claro que son Pura Humildad, esfuerzo, trabajo, superación y siempre siempre nos tratan como familia, súper orgullosa de ellos, del equipo completo de RBP 👏👏👏👏