¿Quién dice que ser barbero es una profesión única y exclusivamente de hombres? ¿Quién piensa que llevar el cabello corto no es para las mujeres? Todavía quedan muchos estereotipos en nuestra industria pero, por suerte, poco a poco se van rompiendo…
La peluquería ha cambiado muchísimo en los últimos años. Mientras que tradicionalmente este sector se dirigía mayoritariamente a mujeres, con el auge del movimiento hipster y con el crecimiento y aceptación del cuidado masculino, cada vez hay más hombres que reclaman este tipo de servicios. Como resultado, el negocio de la barbería ha ido apareciendo de nuevo en los barrios de las principales ciudades más cosmopolitas del mundo, con salones más nuevos, modernos y totalmente renovados dedicados al cuidado de la barba y cabello.
Ahora, David Rodelas, peluquero y director creativo de los salones de peluquería y barbería Rodelas, ha decidido ir un paso más allá, para adaptarse a la sociedad actual y a las nuevas necesidades del consumidor. Su modelo parte de dos premisas: desarrollar el concepto de la “Barbeluquería” y potenciar a la mujer barbera. “En Rodelas, abrimos paso a las mujeres barberas, aquellas que están especializadas en cortes de cabello corto y que ejercen con la misma pasión y orgullo esta maravillosa profesión”.
Asimismo, el objetivo es satisfacer los deseos y necesidades, no solo de los clientes masculinos, sino también de aquellas mujeres que aman el cabello corto. “En la actualidad, el 40% de las españolas lucen peinados cortos. Gracias a actrices, cantantes y otras celebridades, uno de los más populares es el corte pixie”, explican desde la firma. “Este estilo se caracteriza por ser un peinado corto, desenfadado y libre, ya que deja al descubierto toda la zona del cuello”. Al contrario de lo que puedan pensar algunos, ¡este peinado es pura feminidad!
Hanna, barbera de Rodelas en el barrio de Gràcia, es una auténtica experta de los cabellos cortos. “Decidí ser barbera por mi pasión por la moda hipster y porque me encanta el cabello corto de un hombre. Me siento muy querida en mi profesión, cómoda y satisfecha en todo lo que hago. La especialización es un factor importante en el desarrollo profesional y la modalidad de cabello corto es cada vez más fuerte en el ámbito femenino”. Para Hanna, ser barbera es una ventaja a la hora de trabajar el peinado corto de una mujer ya que “estamos acostumbradas a trabajar diariamente el cabello corto de un hombre y, quieras que no, las clientas se sienten más seguras”.
Ya sabes: ¡larga vida a las barberas, y larga vida a los cabellos cortos!